La obra pictórica
de Mireya Baglietto se despliega a través
de múltiples variables de color, textura
y materia que tienen como denominador común
la búsqueda de nuevos espacios y el despliegue
de los procesos de génesis y mutación de la
materia.
Aproximándose a la abstracción de la naturaleza, pone
énfasis en aspectos vitales de la misma: el movimiento
y la transformación, utilizados tanto en sus
pinturas como en las técnicas mixtas sobre papel. Desde una
acción marcadamente gestual -su trabajo lo realiza directamente
sobre el piso- encausa a través de su cuerpo una pincelada
concientemente expandida, que no busca la formalidad cognitiva, sino
el surgimiento de una nueva realidad, que plasma desde su propia síntesis
lingüística.
Así como en Las Nubes, el espacio y el tiempo
actúan provocando directamente una ampliación de la
conciencia humana, en su pintura, el color, la textura
y la materia se tornan dinámicas, configurando un campo abierto
para ser simbolizado por el propio espectador.